Un blog de viajes en realidad nunca cierra. Y menos por vacaciones. Si acaso baja el ritmo, o la frecuencia de publicación es menor por estar con la cabeza y el cuerpo en otras cosas y latitudes. En nuestro trabajo habitual, seguramente. Pero no cierra ya que el blog forma parte de un conjunto que está siempre en marcha. Varios canales y vías para comunicar se arman alrededor de una idea para formar un todo. Pasa con viajares.es y con otras bitácoras de viajes.
Leemos artículos de un autor en el blog, seguimos sus publicaciones en Facebook y admiramos las fotos en Instagram, por poner un ejemplo.