Ver el partido del Madrid – Barça de la Champions retransmitido en italiano. Tiene su punto. Los comentaristas no son partidarios de ninguno de los dos equipos y el idioma italiano… ¡Qué decir de este precioso idioma! A mí me encanta.
Pero las pantallas del Sport Bar del crucero Costa Concordia no solo mostraban el partido de la semifinal de la Champions. Una hilera de seis o siete monitores emitía alternativamente un partido de waterpolo y el partido de fútbol. En tu campo de visión aparecía simultáneamente pues un cachas con el gorrillo típico del waterpolo y Xabi Alonso, por ejemplo. El césped inmóvil y el baile de brillos azules de la piscina. Todo un juego estético.
Los periodistas italianos iban narrando el encuentro (los nadadores no tenían sonido) sin aspavientos ni retóricas encendidas. Así da gusto poder ver un partido de fútbol por la tele. Algunos hacían –Uuuuuy cuando atacaba el Real Madrid y otros repetíamos –Uuuuy con las jugadas del Barça. Los goles de Messi se han celebrado, claro está. Ha sido una experiencia muy divertida, aunque logicamente, presenciar un partido del Barça en su estadio del Camp Nou no es comparable.
Y un poco más tarde, en una de las cubiertas, fiesta tropical. ¡¡Venga!! Hits bailongos, animadores con camisas floreadas, cóctels, sonido a todo trapo y una pantalla de video gigante. ¿Qué hay que bailar el waka waka este? ¡Pues se baila! No nos vamos a quedar en plan soso, mirando al personal, que la vida son dos días.
Así de sorprendentes son las jornadas cuando realizas un crucero por el Mediterráneo.