Nuestra última escapada de fin de semana con niños ha sido por la Costa Brava, en el norte de Cataluña. Salimos temprano de Barcelona y en menos de dos horas ya estábamos rodeados de naturaleza en la comarca de l’Alt Empordà. Nos dirigimos concretamente a Siurana d’Empordà para desde allí ir a realizar una visita a las instalaciones de Mas Marcè. Después nos acomodamos en los Apartamentos Molí Blau de Roses para disfrutar de la cercanía del mar mediterráneo y aprovechar un par de días soleados de otoño en familia.

Turismo rural en familia

En Mas Marcè lo pasamos genial en la visita organizada por La Galería de Casa Sagnier para conocer el proceso de elaboración y tratamiento de la lana. Una vez reunido el todo el grupo caminamos hacia los corrales para ver como esquilaban a las ovejas de raza ripollesa que allí cuidan. Por lo visto es un tipo de ovejas en riesgo de extinción, sobrepasadas por la mayor productividad de otras razas. Pero en Mas Marcè se han empeñado en conservar esta especie autóctona, igual que se comprometen con un tipo de explotación absolutamente ecológica y respetuosa con el medio ambiente.

Uno de los momentos que los niños recuerdan con mayor pasión del viaje es cuando tuvieron la oportunidad de sostener un cordero de no más de 3 o 4 días en sus brazos. Eso ocurrió al principio y a partir de ese punto todos los peques del grupo atendieron las explicaciones emocionados.

Vimos desplumar a las ovejas, lavamos lana en el río, intentamos cardar las fibras y hacer una madeja. A continuación catamos los quesos de la masía y la verdad que estaban riquísimos. Muy muy recomendables. Una gran experiencia para los niños y también los adultos.

Después de comer en el Centre Cívic del pueblo de Siurana d’Empordà (al lado mismo del ayuntamiento) nos fuimos tranquilamente hacia Roses admirando el paisaje y los maravillosos rincones de esta afortunada comarca catalana de l’Alt Empordà.

Alojamiento familiar en la Costa Brava

Los Apartamentos Molí Blau se encuentran un poco hacia el norte de Roses, en la playa de Canyelles Petites. Su ubicación es excelente, en primera linea de mar, con toda la Bahía de Roses abierta enfrente. Desde nuestra terraza podíamos bajar 4 escalones y estábamos en la piscina, o simplemente cruzar la calle para pisar la arena de la playa.

Los apartamentos disponen de parking propio, y son muy cómodos para viajar unos días en familia a la Costa Brava. Un apartamento espacioso, con una gran terraza y muy bien equipado. Persianas automáticas con mando, cocina con electrodomésticos de alta gama, calefacción y aire acondicionado,…

Desde nuestro campo base familiar en la Costa Brava realizamos excursiones siguiendo el camino de ronda que discurre paralelo a la costa. Desde la playa de Canyelles Petites fuimos caminando hasta la playa de la Amadrava, pasando por la playa de El Bonifaci con sus rocas. De hecho todo este tramo es un sinfín de rocas y vegetación que desciende hasta casi atocar el agua cristalina, de un azul precioso. En algún momento, con niños pequeños, el camino tiene su intríngulis, pero agarrados de la manita es totalmente practicable. Fuimos agraciados con unos días cálidos de luz mágica otoñal y no pudimos ni quisimos resistirnos a tomar un baño en la playa de la Almadrava, un gran (y fresco) premio después de las caminatas.

Seguro que volveremos a realizar una escapada con los niños a la Costa Brava para explorar más rincones desconocidos y disfrutar de nuevas aventuras. Y para conocer las poblaciones que ostentan el sello de Destino de Turismo Familiar que da la Generalitat de Catalunya y que no hemos visitado todavía.