Los pueblos de la Alpujarra esconden una larga historia de resistencia y rebeliones. Allí se refugiaron los últimos árabes de la península, acorralados por el avance de la reconquista. Se parapetaron en una zona de difícil acceso y duras condiciones de vida. Así fue hasta que debido a las nuevas directrices y leyes emitidas por Felipe II los impulsó a la rebelión y a una guerra que perderían.
Cuesta imaginar hoy en día que esta zona tan tranquila de Granada y con un paisaje maravilloso fue en su día escenario de batallas y luchas a muerte.
En mi viaje a Granada invitado por el Patronato Provincial de Turismo de Granada recorrimos los pueblos del valle del río Poqueira. Los cerezos estaban cargados de sus frutos rojos que invitaban descaradamente a ser probados, cuando por las fechas que eran uno no esperaba encontrarlos todavía. Y es que la orografía de la zona ha conformado una vida y paisaje excepcional. Estamos a pocos kilómetros de la costa, del Mediterráneo, pero pisamos un terreno con una altitud significativa. Aquí están ubicados algunos de los pueblos habitados más elevados de la península ibérica, por eso no es mentir si afirmamos que estás más cerca del cielo que en ninguna otra parte de España. Después de una estupenda comida en el Hotel Alcadima de Lanjarón se inicia nuestro ascenso serpenteando por la estrecha carretera para llegar al bonito pueblo de Pampaneira.
Pampaneira
En Pampaneira te recomiendo una visita al centro de interpretación del Parque Nacional de Sierra Nevada. Allí la gente de Nevadensis explica estupendamente las características y particularidades de la zona. Podrás encontrar información muy útil, y si tu propósito es realizar actividades del tipo aventura, estarás en el mejor sitio para recibir buenos consejos o contratar sus servicios.
En nuestro caso, Jesús y su equipo, nos llevaron al mejor sitio a la mejor hora para observar un majestuoso atardecer. No, no era una actividad de aventura, pero sí muy emocionante y espectacular, y se agradece. Igual que expresamos nuestra gratitud cuando haciendo tiempo para la hora adecuada nos indicó uno de los sitios más auténticos de Pampaneira para catar el jamón y queso de la Alpujarra acompañado de un buen vino. La Bodega Moralea nos encantó y activó tanto nuestras papilas gustativas como nuestras retinas, pues el sitio no tiene desperdicio. Los budas y elementos decorativos varios se mezclan con los productos expuestos de tal forma que uno no distingue claramente entre los de comer y creer. En la minúscula barra de la bodega cuelgan unos afortunados jamones que me hicieron pensar en un órgano. ¡Qué cosas: el órgano mayor de esta pequeña capilla alpujarreña!
Fuente de San Antonio
Atención solteros, solteras y versos sueltos. Aquél que busca emparejarse debería beber un traguito de las aguas que emanan de la Fuente de San Antonio en Pampaneira, pues según la tradición obra milagros y ejerce grandes poderes de atracción entre almas. Al menos las los azulejos que la decoran lo anuncian tal que así:
No digas nunca de esta agua no beberé
pues esta fuente que aquí ves
es fuente de la virtud
y tiene tal magnitud
que a beber su agua invita
lo confirmó un devoto
que feligrés fue de esta iglesia.
Y soltero que la bebe con intención de casarse
no falla pues al instante…
novia tiene ¡ya los ves!
El pueblo de Bubión
Dejamos atrás el pueblo de Pampaneira y siguiendo el barranco de Poqueira ascendemos por al sinuosa carretera que nos conduce a Bubión. Es el momento de observar las maravillosas vistas del valle y su verdor de finales de primavera. Los tejados de las casas, planos con sus chimeneas de claras referencias moriscas contrastan con el verde de las montañas.
Nos alojamos en las Villas de Bubión, un excelente establecimiento formado por múltiples casitas que se integran con un muy buen criterio arquitectónico y estético en el paisaje de la zona. El sitio garantiza un buen descanso en silencio con el despertar acompañado de la banda sonora de los pajarillos que allí habitan y se hospedan clandestinamente en los recovecos de las tejas y balcones.
En Bubión se siente la pureza del aire y por la noche es indescriptible la visión del cielo estrellado. Uno se pregunta si de verdad hay tantos astros en el espacio. Sin duda en nuestro viaje por la Alpujarra Granadina hemos estado muy cerca del cielo.
¡GENIAL!
La Alpujarra es uno de los lugares que tienen un encanto peculiar… el olor de sus calles, con esos pueblos blanquitos y con sus casitas… Son pueblos pequeños pero que en el fondo cuentan grandes historias, sólo hay que pararse a escuchar…
I (L) Alpujarra
¡por siempre! ¡Viva la Alpujarra!
Gracias Nuca por tu comentario tan entusiasta con estas bonitas tierras. Me sumo a tu ¡Viva la Alpujarra! 🙂