En nuestras excursiones familiares por Collserola hemos tenido la oportunidad de cruzarnos con bichos y animales de lo más diverso. Algunos los hemos visto casi dentro de la propia ciudad de Barcelona, tan tranquilos en las calles de la parte alta. Por ejemplo en el Parc de l’Oreneta, o andando por la Carretera de les Aigües. Y es que por suerte la zona más elevada de la ciudad se cruza con partes de bosque del Parc Natural de Collserola, y esto propicia los encuentros que os explico. Las fronteras o límite entre lo urbano y rural son algo difusas y a los animales seguramente les importa muy poco.

Nos encantan los encuentros fortuitos con todo tipo de bichos. De todos los animales que hemos visto el más grande con diferencia es sin duda el jabalí. Hay muchos, cada vez más, y están perdiendo el miedo a las personas. En parte no me extraña ya que he visto con mis propios ojos a gente dándoles de comer, y claro, son animales pero no tontos.

Si hay comida disponible se acercan cada vez más, confiados y tranquilos. Ellos pueden encontrar alimento en el bosque pero en la ciudad aparecen ricos manjares en las bolsas de basura que hay en el suelo, y también han aprendido a volcar papeleras con sus poderosos morros para aprovechar restos de comida. No hacen ascos a casi nada comestible.

En los últimos años parece que la población de jabalíes crece sin mesura y su presencia es cada vez más problemática como reflejan algunas noticias que aparecieron en la prensa. Destrozos en jardines, accidentes de tráfico, jabalíes en parques infantiles, y hasta la noticia de un policía que queriendo disparar a un jabalí acabó hiriendo a un compañero con su arma reglamentaria.

Estos animales parecen pacíficos, pero yo de todas formas no me acercaría demasiado, la verdad, y tampoco intentaría tocarlos ni acariciar su áspero pelaje. Es conocido que tienen mucha fuerza y por pequeños que sean sus colmillos no debe ser nada agradable recibir un golpe con ellos. En nuestras caminatas por Vallvidrera hemos avistado varias veces pequeños grupos de jabalíes y los hemos admirado desde una distancia prudencial.

Si te alejas del centro de la ciudad de Barcelona en dirección a Vallvidrera, Tibidabo o Collserola es probable que tú los puedas ver también a su libre albedrío. Eso es algo muy emocionante para los peques que viven en la ciudad y que nos recuerda que estamos conectados a la naturaleza, lo queramos o no.

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