Durante unos días larguísimos este blog ha estado «cerrado» por causas ajenas a mi voluntad. El servicio donde tengo tenía contratado el hosting me ha dejado absolutamente tirado, sin prestar ayuda ante problemas técnicos de su incumbencia. Solamente he recibido excusas del tipo «estamos trabajando con el problema», «lo sentimos» y «nuestros administradores tienen esta tarea como prioridad». Mentiras y mucho bla bla bla.

No voy a contar toda la pesadilla de volver a tener el blog online y funcionando de nuevo otra vez. Ahora ya lo he movido a los servidores de Host Fusion, y de momento todo va de perlas. ¡Y hasta puedo hablar con una persona estupenda como Pedro! No hay mal que por bien no venga, y estoy encantado con mi nuevo hosting. Por otro lado voy a aprovechar para cambiar un poco la apariencia del blog y quitar cosas para intentar que no te distraiga nada al leer los posts. Me he metido a tocar cosas de código, pequeños remiendos aquí y allá.
Este artículo es para explicar las razones de mi ausencia todos estos días y disculparme ante todos aquellos que no habéis podido consultar el blog o al intentar acceder os salía un impertinente mensaje de error. Lo siento de veras y agradezco vuestra comprensión. Deseo daros las gracias a todos los que me habéis avisado de los errores que aparecían y dado ánimos. Aníbal, Juan A. Rodríguez, Pau, José David, Juan Antonio, Sandra, Ester, Víctor, … ¡Gracias!
Tengo un par de artículos con el título de un blog de viajes nunca cierra pero está visto que a veces algunos se empeñan en que sea así. No lo han conseguido y espero seguir dando la lata hablando de mis viajes con niños por mucho tiempo.
No poder publicar me generaba un poco de mono, de síndrome de abstinencia, pero ya estoy aquí de vuelta.
Muy bien que has vuelto! A ver tus próximos posts, tengo curiosidad :).
Gracias Debby. Espero estar a la altura 🙂
Saludos