¿Cuándo entró en funcionamiento el Canal du Midi? ¿Quién ideó este fantástico proyecto fluvial? ¿Con qué finalidad se construyó? ¿Cómo se navega por sus aguas? El Canal du Midi tiene una historia apasionante de más de 350 años en el sur de Francia de la cual vale la pena conocer los detalles.

Después de haber navegado por un tramo de su recorrido podemos afirmar que es una experiencia turística genial para un viaje con niños, y no nos extraña que sea el destino preferido en Europa para los amantes de la navegación fluvial. Esta obra singular de la ingeniería en Francia está de celebración: cumple 350 años, y 20 desde su reconocimiento por la Unesco. Todo un hito para una infraestructura que sigue funcionando a pleno rendimiento hoy en día.

El genio inventivo de Pierre-Paul Riquet

El principal protagonista de la historia alrededor del Canal du Midi no es otro que Pierre-Paul Riquet, el ingeniero e impulsor de un gran proyecto transformador del territorio francés. Nació en Béziers sobre el año 1609 en una familia acomodada, y parece ser que su progenitor ya andaba con la idea de unir los dos mares de Francia con un vía de navegación fluvial. El proyecto presentaba grandes alicientes pues sería una vía de comercio y transporte de mercancías espléndida, y una fuente de ingresos constante para quien controlara en última instancia los peajes.

En el año 1662 Riquet presenta el proyecto al ministro del rey Luis XIV Colbert para que lo valide el monarca. Años antes había estado haciendo pruebas e invirtiendo parte de su fortuna en buscar la viabilidad técnica y resolviendo los escollos estructurales de la obra.

Es finalmente en 1666 que el rey aprueba el inicio de las obras, que se prolongarán hasta el año 1681. Desgraciadamente Pierre-Paul Riquet no logró ver su gran idea inaugurada, pues falleció un año antes, si bien sus hijos siguieron controlando el proyecto. Cabe destacar que la familia había invertido un dineral en la construcción y era propietaria de un 20% de la misma.

350 años de la creación del Canal du Midi

Como ya se ha dicho, el año 1666 el rey Luis XIV promulgó el edicto para la construcción de este canal de comunicación de 240 kilómetros que une el Océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Una auténtica autopista de alta velocidad para transportar mercancías en su época y que evitaba tener que sortear el Estrecho de Gibraltar.

Se trata del canal navegable en funcionamiento más antiguo de Europa. Fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 1996, por ser un gran logro de la ingeniería en la edad moderna, también  por su valor paisajístico y arquitectónico. En su recorrido las aguas del canal se ocultan dentro de túneles (Túnel de Malpas) y discurren por encima de ríos (puente-canal de Cacor sobre el Tarn). Pero si miramos el conjunto nos encontraremos ante 63 esclusas, 126 puentes, 7 puentes sobre canal y hasta 6 presas. ¡Son números mayúsculos para la época!

El trazado del canal atraviesa la región de Midi-Pyrénées (en los departamentos de Haute-Garonne y Tarn) y la región de Languedoc-Roussillon (aquí discurre por los departamentos de l’Aude y l’Herault). Esta vía de comunicación enlaza localidades francesas tan conocidas como Burdeos, Marmande, Montauban, Moissac, Tolouse, Carcasona, Narbona y al llegar al Mediterráneo, el puerto de Sète.

Cómo es navegar por el Canal du Midi

A día de hoy las aguas del Canal du Midi son el escenario ideal para una navegación pausada y tranquila buscando el relax y el ocio. Hay muchos tipos de embarcaciones para poder moverte por el canal y la buena noticia es que en algunos casos puedes alquilar un tipo de buque que no requiere titulación alguna para su manejo. Nosotros probamos uno de este tipo cerca de Port Lauragais y resultó una experiencia muy agradable y que les encantó a los niños.

La gracia de la navegación por el Canal du Midi está en gozar del paisaje de cada una de las regiones, ir salvando las esclusas, emocionarse con cada puente que se atraviesa y visitar los pueblos que acogen a los barcos en sus respectivos puertos.

Un excelente complemento al barco es la bicicleta, ideal para aprovechar el suave desnivel que acumula sobre el mapa la vía de agua. En muchas de las embarcaciones las verás listas para usar en cuanto la tripulación pisa tierra. Es más, algunos realizan el trayecto o parte de él exclusivamente en bici siguiendo el curso del agua y protegidos del sol en la bóveda verde que bordea la infraestructura.

Museo y Jardines del Canal du Midi en el lago de Saint-Ferréol

Muy cerca de la localidad de Revel se encuentra el lago de Saint-Ferréol, que es un elemento clave par el funcionamiento del canal. Se trata de una presa artificial ideada por Pierre-Paul Riquet para resolver uno de los mayores retos del proyecto constructivo. Y era el de garantizar el caudal de agua necesario para llenar todo el recorrido, y disponer de una ingente reserva preparada para cualquier contingencia.

Hay que pensar que la sola evaporación continuada en toda la extensión del Canal du Midi hace necesaria la aportación constante de un gran volumen de agua, que proviene principalmente del lago, que a su vez se nutre del cercano macizo montañoso de la Montaña Negra.

Al lado de la presa de Saint-Ferréol se puede visitar el interesante Museo del Canal du Midi. Es un centro imprescindible para conocer el detalle y los pormenores de la construcción de esta obra tan atrevida en 1666. Allí se exponen réplicas de documentos de la época, mapas del proyecto, herramientas originales, y una completa sucesión de informaciones referentes a la biografía de Pierre-Paul Riquet.

El mismo lago es una atracción y fuente de ocio y diversión con la llegada del buen tiempo. Aguas abajo de la presa, un surtidor simula los efectos de un géiser y un jardín invita a pasear o realizar un pícnic.

Exposición del Canal du Midi en Port Lauragais

Otro centro en el que podemos conocer más sobre el canal y su historia se ubica en Port Lauragais. Allí radica La Maison de la Haute Garonne, que alberga una exposición gratuita permanente ideal para lo más pequeños, con maquetas, paneles explicativos y la posibilidad de montarse en la réplica de una antigua barca.

Es en Port Lauragais donde se encuentran varias compañías de alquiler de barcos que hacen del lugar su centro de operaciones. Al igual que en otros puntos estratégicos, aquí las tripulaciones pueden cargar combustible, hacer acopio de provisiones o simplemente pasar la noche descansando para seguir rumbo a uno de los dos mares.

Sète, el puerto Mediterráneo del canal

A orillas del Mediterráneo la localidad de Sète entrecruza su historia totalmente con el Canal du Midi. Y es que con la construcción del canal también se iniciaron los trabajos para colocar las primeras piedras de la escollera y la excavación de la playa que une mar y el lago Thau. El gran proyecto de unión de los dos mares necesitaba de un buen puerto de salida al mar Mediterráneo.

La gente de los pueblos vecinos de Bouzigues, Mèze, Frontignan y Marseillan acudieron a trabajar en Sète y muchos ya se instalaron allí para siempre, haciendo del puerto una auténtica villa en el siglo XVIII.

Te invito a la página de Facebook de Viajares para seguir conversando sobre viajes con niños y los mejores destinos para ir en familia.