Viajar con niños es una experiencia maravillosa pero a veces las cosas se pueden torcer en el momento más inesperado. Los niños y niñas son unos seres realmente especiales, con elevado grado de autonomía e ideas propias de lo más variopinto. Cuando menos te lo esperas te pueden meter en una situación embarazosa de las que dices – Tierra trágame, o te pueden montar un sarao tremendo de la nada.
Pasar vergüenza tampoco queda excluida al viajar con peques, hasta el extremo de disimular queriendo hacer ver que ese niño no es tu hijo. Existen muy buenas razones para viajar en familia y algunas de ellas las he compartido con vosotros aquí en Viajares pero ocasionalmente al otro lado de la balanza aparecen sorpresas no tan agradables que solo con dosis de paciencia, humor y amor se equilibran.