Desde que conocí a Evarist March de Naturalwalks en el tren camino de Girona que tenía ganas de apuntarme a una de sus salidas, y ahora por fin puedo compartir una fantástica jornada con mi hijo mayor comiendo flores y otras hierbas por Collserola aquí en el blog con vosotros. Si quieres saber más sobre plantas comestibles que tenemos a mano todo el año sigue leyendo.
Recuerdo que Evarist dejó su bicicleta en la plataforma del compartimento del vagón y se sentó a mi lado. Enfrente había dos mujeres, parientes entre ellas, y empezamos a hablar los cuatro de manera espontánea. De la prudencia inicial pronto pasamos a una entretenida conversación sobre política, la situación del mundo y el sexo de los ángeles. Los kilómetros pasaron volando, y cuando ya estábamos cerca de la estación de Girona salió a colación el tema de la botánica, la naturaleza y las actividades de Naturalwalks. En seguida me di cuenta que aquello era muy interesante. Intercambiamos unas tarjetas y un hasta pronto que finalmente se ha materializado. Cuando le dije a mi hijo mayor si quería acompañarme a comer hierbas por Collserola no se lo pensó dos veces. Menos todavía cuando le pedí ayuda haciendo fotos con el móvil para el blog. En el colegio está estudiando las hortalizas y una excursión así pensé que sería sin duda un buen cotrapunto para sus formación en el tema. Por otro lado los peques quieren imitar siempre a los mayores, y eso de tomar notas y hacer fotos igual que su padre fue una propuesta imposible de rechazar. De buena mañana nos dirigimos a Molins de Rei para encontrarnos con el grupo del curso de identificación de plantas comestibles con mucha ilusión y ganas de pasarlo bien. En un periquete nos reunimos todos los asistentes y Evarist nos puso en contexto sobre qué íbamos a hacer y cuáles eran los objetivos de la salida. En el turno de las presentaciones todos dijeron los motivos para apuntarse y también nosotros. Aprender de hierbas y satisfacer nuestra curiosidad en un entorno cercano.
¿Qué aprendimos en el curso sobre plantas comestibles y medicinales?
Que las buenas hierbas (en contraposición a las supuestas malas hierbas) están por todos lados, y que no hace falta andar kilómetros para encontrarlas. Tampoco es necesario esperar a la primavera. En otoño hay una gran variedad de plantas comestibles en las zonas de clima mediterráneo, aunque obviamente cuando llega el buen tiempo se multiplican por doquier.
En nuestro recorrido, cada dos pasos, encontramos especies que Evarist se encargó de explicar de desde la óptica de su utilidad en cocina, salud y catalogación. Irremediablemente acababan en nuestro pescuezo para realizar una cata. ¡Y menudas sorpresas que nos llevamos! Algunas están riquísimas, llenas de matices e interesantes sabores. En nuestro caminar herbívoro degustamos hinojos, chumberas, los frutos del almez, menta, borrajas y algarrobas. Un festín. Por decir que hasta comimos zanahorias salvajes. Sí sí zanahorias. Y mi hijo se reveló un gran detector-recolector de ellas, y de cebolletas. Lo puedes ver en las fotos. Con cada planta y en cada explicación nuestro asombro iba en aumento, y también la sensación de haber estado perdiendo el tiempo irremediablemente dejando de lado todas estas especies vegetales. Por resumirlo un poco, todo el mundo conoce el wasabi cuando al lado de casa hay plantas con prestaciones similares que desconocemos. La flor de la rabaniza blanca sin ir más lejos, que tiene un delicioso sabor picante. Andamos por el campo un buen rato, escuchando, tomando notas, y como decía, probando una buena variedad de plantas, todas ellas interesantes.
Tomamos notas, hicimos fotos, pero sobretodo disfrutamos del recorrido y las joyas que la naturaleza nos regalaba en nuestro camino. Muchas de las plantas ya eran conocidas de antaño y ahora se nos mostraban interpretadas de nuevo. No me extraña el interés que la alta cocina muestra en recuperar sabores, ingredientes y texturas únicos de nuestra tierra.
El tiempo se nos echó encima y la mañana soleada que estábamos disfrutando todo el grupo con Naturalwalks realmente pasó sin darnos cuenta. Finalmente Evarist nos recordó que lo importante no estaba en la carpeta que nos entregó con las explicaciones, ni en intentar recordar los nombres en latín de las plantas, sino en salir al campo, respetar el entorno y reaprender a conocer y aprovechar toda la riqueza botánica (más en estos tiempos que corren) que nos rodea.
¿Sabías que se pueden comer algunas de las plantas que menciono?
Hola Daniel! Me ha gustado mucho tu narración de vuestra salida por Collserola! Y muchas gracias por descubrirme a Naturalwalks, sin duda miraré de hacer alguna salida con ellos! 🙂
Diego
Es una experiencia muy atractiva que merece la pena Diego. Celebro que te guste y quieras probarlo.
Gracias por tu comentario y bienvenido al blog 🙂
Un nuevo libro muy completo el ebook, epub, recomendado por Ana Alós, Relaciones gastronómicas, en El Mundo: «Manifiesto glotón de las plantas silvestres comestibles. ¡Gratis sabe mejor!» Ha recibido numerosos premios en su versión francesa. Propiedades medicinales, recetas y fichas de identificación con fotografías de las plantas silvestres comestibles.
Gracias Diana por tu comentario