La Casa Vicens es el primer edificio levantado en Barcelona por el arquitecto modernista de fama mundial Antoni Gaudí. Después de una laboriosa y cuidadosa restauración de la casa, declarada Patrimonio de la Humanidad, ahora permanece abierta al público desde el año 2017 para dar a conocer este primer encargo completado por el afamado artista catalán.
He pasado mil veces por la calle de las Carolines del barrio de Gràcia ya que estuve trabajando muy cerca de la Casa Vicens por un tiempo. Por aquel entonces la casa estaba habitada por una familia. Tengo muy presentes los recuerdos de ver grupos de asiáticos en la calle observando el edificio por fuera y sacando fotos a lo loco. Y es que no es poca cosa poder estar delante de una de las primeras obras de Gaudí, apenas unos años después de obtener su título de arquitecto. Por cierto con algunas dudas por parte de los docentes, que no sabían si estaban ante un verdadero genio o habían dado el título de arquitecto a un loco.
Casa Vicens, una primera obra excepcional
No desvelamos ningún secreto si contamos que la Casa Vicens de Gaudí, pese a ser la primera de sus obras, es un trabajo excepcional. Es por eso que incorporar al conjunto de edificios modernistas de Barcelona que se pueden visitar una joya como esta es motivo de celebración. Es muy interesante poder apreciar la evolución de su obra y comparar la Casa Vicens con por ejemplo otro edificio singular como es la Casa Batlló.
En la Casa Vicens no aparecen todavía las curvas tan famosas en la obra del arquitecto que podemos apreciar por ejemplo en la mencionada Casa Batlló, en La Pedrera o en los bancos del Park Güell. O en edificios de corte religioso como la Cripta de la Colonia Güell o la mundialmente conocida Sagrada Familia. Las formas sinusoidales tan orgánicas y hasta sensuales que asociamos al arquitecto no están presentes todavía en la Casa Vicens. Pero sí que se nota una cierta incomodidad con algunos ángulos que Gaudí disimula con cortes que parecen los chaflanes del ensanche. Así parece evitar una cierta aversión a los ángulos rectos y esquinas marcadas disimulando su presencia.
Otro aspecto muy popular y vinculado a la obra gaudiniana es el uso del trencadís, ese mosaico a base de piezas rotas de cerámica aparentemente desordenadas a primera vista. No hay tampoco trencadís en la calle de les Carolines pero sí el uso de cerámicas en la fachada, algo no tan común en la época en la que se levantó el edificio, y una tendencia muy asociada posteriormente a las edificaciones de corte modernista.
Sí vamos a ver en la Casa Vicens un edificio muy llamativo, lleno de color y con mil detalles estéticos que remiten al mundo oriental, una clara fuente de inspiración en algunos de los elementos de la casa, como por ejemplo las persianas.
La verdad que la visita a la casa es de lo más entretenido pues en cada una de las plantas hay elementos singulares fruto de la imaginación y creatividad del arquitecto nacido en Reus. Y hasta en lo más alto del edificio, en la cubierta, podemos disfrutar de rincones muy bien resueltos y sorprendentes.
Como es la visita a la Casa Vicens
La visita es un agradable recorrido que empieza en lo que queda de los antiguos jardines de la finca, muy mermados en extensión a lo largo de los años. Después de cruzar la excepcional reja metálica nos encontramos con el porche y recibidor que dan paso al comedor, una gran estancia llena de decoraciones presidida por una chimenea. Desde el comedor se accede a una especie de galería o tribuna preciosa y a una habitación muy especial de claras reminiscencias árabes que era la sala de fumadores. Una verdadera joya policromada y con decoraciones realizadas en papel maché en las paredes.
En la primera planta se encuentran los dormitorios, terraza, baños y la habitación con cúpula, situada sobre la sala de fumadores. En ella podemos ver un curiosos trampantojo que juega con la perspectiva tratando de engañar al espectador.
Seguimos subiendo hasta llegar a la buhardilla, que liberada de antiguos tabiques ha recuperado su estructura original diáfana. Aquí se exponen maquetas del edificio, planos y toda una gran cantidad de información en unas tabletas que a los peques les fascinaron. Podemos conocer los planos de algunos primeros trabajos de Gaudí que no vieron la luz y otras curiosidades de sus inicios laborales.
Completan el edificio la cubierta transitable con sus cúpulas y el juego de mosaicos tan vibrante. En la planta cero tenemos también una tienda librería con objetos y recuerdos preciosos. Es el tipo de tienda de museo de la que te lo llevarías todo.
La historia de la Casa Vicens
Para contextualizar un poco la obra de Antoni Gaudí cabe destacar que se trata de un encargo que realizó el corredor de bolsa Manel Vicens i Montaner y se construyó durante los años 1883-1885. La función inicial de la casa era para pasar los veranos pues por aquel entonces el barrio de Gràcia era un todavía un pueblo apartado en el que la gente pudiente se hacía casitas. Cuando aceptó el encargo Gaudí tenía 31 años.
En el jardín original de la Casa Vicens había una construcción muy graciosa, un auténtico capricho. Nada más y nada menos que una cascada de agua transitable. Se pueden ver fotos y sus formas en una de las maquetas de la casa. Es todo el rastro que queda.
En el año 1925 la casa se amplió y las obras fueron capitaneadas por el arquitecto Serra de Martínez con el beneplácito de Gaudí. Eso significó casi doblar el volumen de la construcción ocupando un espacio en el que anteriormente había un convento. Con una mirada atenta (y alguna pista) es posible distinguir las partes originales de Gaudí con las posteriores.
En el año 2005 la casa fue declarada Patrimonio de la Humanidad y en el año 2014 es adquirida por la banca andorrana MoraBanc que como decíamos invierte una fuerte suma de dinero en la restauración y adecuación del edifico para convertirlo en casa-museo.
Casa Vicens, entradas y horarios
Una de las cosas que más nos gustó de visitar la Casa Vicens es que se nota que velan por la comodidad de los visitantes, regulando bien el flujo de personas para estar tranquilos, sin aglomeraciones mientras miras todo con calma. Al comprar las entradas online uno se apunta a las horas acordadas de la visita y así todo el mundo gana.
También nos parecieron muy amables las personas que nos atendieron y que no dudaron en responder a nuestras preguntas con mucha atención, haciendo un esfuerzo para dar unas explicaciones acordes a la edad de nuestros hijos. Las mismas personas que después escuchamos hablar en catalán, español e inglés con muy buen acento. De verdad que da gusto cuando te atienden tan bien.
Horarios de la visita
La Casa Vicens permanece abierta todo el año, a excepción de cuatro días; el día de Navidad, 1 y 6 de enero y el 22 de mayo, Santa Rita.
Los horarios se estructuran en dos bloques en el calendario. Del 15 de octubre de 2018 al 31 de marzo de 2019 el horario es de lunes, de 10:00 a 15:00h. La última entrada se permite a las 13:40h. De martes a domingo, de 10:00 a 19:00h. Última entrada a las 17:40h.
El otro bloque de horarios va del 1 de abril de 2019 al 30 de septiembre de 2019. De lunes a domingo, de 10:00 a 20:00h. Última entrada a la 18:40h. Para evitar colas en el exterior del edificio se recomienda llegar con un máximo de 10 minutos de antelación.
Precio de las entradas
El precio de la entrada general a la Casa Vicens es de 16 euros. Los niños hasta los 7 años pueden entrar gratis y los de 7 hasta los 18 años pagan 14 euros. Hay posibilidad de descuentos, los más o menos habituales, para estudiantes, para miembros de familias numerosas, grupos y otras opciones.
Creaciones de Antoni Gaudí en la ciudad de Barcelona
Galería de fotos de la Casa Vicens de Gaudí
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Me ha encantado el articulo Daniel. Muchas gracias por darnos ideas para nuestra futura visita a Barcelona, que ya va siendo hora de ir a Barcelona capital. Apuntado queda!
Un saludo familia!
Muchas gracias Josune. Una cosa más que ver en la lista interminable de sitios chulos para visitar en Barcelona en plan familiar.
A ver cuando os acercáis por aquí!!
Salut y gracias por el comentario.