A menos de una hora en coche desde Barcelona se puede llegar a un hotel muy recomendable y agradable para desconectar un poco. Es un buen sitio si viajas con niños pero también en pareja o acompañado de otras formas. En el Hotel Molí de la Torre reina la tranquilidad y el relax, y el bienestar se ve incrementado por la amabilidad de sus dueños y el personal que allí trabaja. El edificio del establecimiento es un antiguo molino del siglo XII, de aquí viene el nombre, que en una remodelación hecha con destacable buen gusto ha pasado a convertirse en un buen alojamiento. Por ser una edificación con un largo pasado que ahora es un negocio hotelero forma parte de la agrupación Hoteles Históricos de España, que aglutina hoteles con una larga historia a sus espaldas.

El edificio está a tocar del río Tenes, afluente del Besós, que es de suponer que lógicamente proveía de la fuerza necesaria para las labores del molino. Hoy la fuerza y el trabajo dan paso al descanso y la contemplación. Pero los dueños han mantenido algunos de los antiguos mecanismos hidráulicos como parte de la decoración del sitio. Esto combinado con un diseño y decoración moderno resulta muy estético por su contraste, conservando parte del carácter original del edificio y transportando el pasado hasta el día de hoy.


En nuestra escapada al Hotel Molí de la Torre los niños se lo pasaron genial. Cuando viajas con niños nunca sabes cómo saldrá la cosa, pero puedo afirmar que el Molí de la Torre es una apuesta segura. Se nota que allí los niños no molestan y son sinceramente bien recibidos y tratados.
Hotel rural familiar ideal para ir con niños
Uno de los mejores espacios de este hotel con encanto, es el porche exterior. Allí fresquitos vimos como una agradable noche de verano le ganaba la partida al día y se apoderaba del espacio mientras cenábamos. Durante la breve espera para que todo estuviera listo los niños hicieron muchos amigos. Los tres se enamoraron de la cabra Banyetes, que pace a su aire en el jardín exterior. No se cansaron de llamarla y decirle cosas, y pedir una y otra vez una cabra para llevarse a casa. ¡Ya os podéis imaginar nuestra respuesta! Luego vieron unas cobayas, el gato que dormita por el exterior de la casa y también saludaron al loro (que seguro que no es un loro exactamente pero bueno..) que tienen los dueños.




En el exterior comimos estupendamente bien, aprovechando el fresco y sin dar la lata al resto de huéspedes del hotel. Apostamos por lo seguro. Pasta y pizzas estaban riquísimas. Para el postre nada mejor que un helado para enlazar seguidamente con unos dulces sueños en nuestra habitación.

El Hotel Molí de la Torre cuenta con 12 habitaciones dobles muy espaciosas y una suite. A nosotros nos tocó la número 10 y nos encantó. El hotel tiene ascensor, rampas, y es muy cómodo, si bien oficialmente sólo cuenta con una habitación homologada como accesible. Esa era precisamente la nuestra. Hay que destacar también que el hotel dispone de Wifi abierto, algo realmente práctico y muy bien valorado hoy en día.
Un buen desayuno para empezar el día con energía

Nada mejor para iniciar una jornada de viaje que un buen desayuno completo, como el que tomamos nosotros. Pudimos elegir y repetir tranquilamente cafés, zumos,… Con mucha paciencia Àngels tomó nota de las preferencias (cambiantes, indecisas) en materia de cereales de los peques y logró contentarlos. Los adultos afirmamos que era realmente un buen desayuno para empezar el día.
Qué hacer en Bigues i Riells

Una de las actividades más a mano cuando te alojas en el Hotel Molí de la Torre es seguir el curso del río Tenes para disfrutar de un paseo por la naturaleza. Con niños es un plan perfecto. Hay varios puntos con indicaciones para no perderse, y cruzas puentes en forma de tablones que son todo un reto lleno de emoción para los niños. En el recorrido se anuncia la posibilidad de ver una rica fauna y flora típica de ribera.


Otro aliciente es contemplar las antiguas masías de la zona y disfrutar de un paisaje armónico donde se mezclan los campos de cultivo con una clara intervención humana, con algunos rincones más salvajes.

Si tu estancia coincide en sábado conviene saber que podrás acercarte al mercado semanal. Nosotros llenamos el coche con fruta y verdura, y no desperdiciamos la ocasión de probar los embutidos. En un arranque de optimismo hasta compramos lechugas pequeñas para hacerlas crecer en casa.
Otra opción muy interesante si te hallas por esta zona de la comarca del Vallès Oriental es acercarte a visitar el monasterio de Sant Miquel del Fai. Su ubicación es espectacular, medio colgando de los despeñaderos de los Cingles de Bertí. Esta excursión bien merece un post exclusivo que me reservo para más adelante.
En conclusión, el establecimiento Hotel Molí de la Torre es una buena elección para un fin de semana en familia sin tener que hacer un largo viaje desde Barcelona. Rodeado de un bonito entorno ofrece un amplio abanico de excursiones y paseos.
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