Mi mujer se ha ido de viaje a Estados Unidos por varias semanas y nos quedamos solos los cuatro hombre de la casa. Mis tres mosqueteros y yo la echaremos de menos (mucho, seguro que sí) pero también estamos contentos por ella y el interesante viaje que emprende. Cuando lo cuento muchas amistades o conocidos se sorprenden, y al cabo de unos segundos me empiezan a preguntar ¿Cómo te lo montarás? ¿Tú solo con los tres? ¿Y te deja el congelador repleto de viandas, no? ¿Vas a poder tú solo? ¿Vais a sobrevivir? Y más comentarios todavía del mismo estilo.
Hoy no hablo de viajar, sino de todo lo contrario, de quedarse en casa, y de las relaciones con los hijos, de la educación, los papeles que asumimos como padres y la cotidianidad.
Madre no hay más que una, pero está de viaje
Las conversaciones sobre la partida de mi mujer enseguida adquieren un tono divertido, y yo digo que es una pena que los niños sean eso, niños, y que evidentemente la cosa no da para tres semanas de pizza, cerveza y partidos del Barça. Pero dejando las bromas de lado, lo cierto es que tres semanas sin poder contar con mi mujer serán todo un reto en varios sentidos. Cuando en una familia alguno de los progenitores falta, ya sabemos que se complica un poco el día a día. Los peques demandan bastante atención y hay momentos que con tres niños pueden resultar bastante intensos y agotadores. En otras ocasiones ya hemos pasado algunos días solos ellos y yo, pero lo de ahora es una nueva marca, un récord de primera categoría.
También es una oportunidad para profundizar en nuestras relaciones desde una perspectiva nueva en ausencia de mi mujer, y así cambiar o modificar por unos días algunas rutinas familiares. Los peques se encontrarán con cosas que hacía mayormente su madre y que ahora va a ser su padre quién se encargará de solventarlas. Y estoy seguro que lo pasaremos bien. Igual que hay infinitos motivos para viajar con niños, existen momentos muy gratificantes en la cotidianidad. Os aseguro que podría escribir una extensa lista de cosas que me gusta hacer con mis hijos. Y tú también. Estoy convencido de que lo pasaremos genial.
Mi mayor preocupación, en cualquier caso, es que durante los próximos días ninguno de nosotros enfermemos ya que entonces combinar el cuidado de uno de los peques con todo lo demás será un tetris imposible. Doy por descontado que yo no me pondré malito, ya que las cláusulas de mi contrato me lo prohíben. ¿Qué cláusulas? ¡Pues muy sencillo, las que acepté en mi doble condición de padre y trabajador autónomo!
Pero volviendo a las preguntas del principio, me parece que en ellas subyacen algunos temas interesantes relativos a los roles que asignamos a los padres y madres. Seguramente si fuera el padre el que viajara las preguntas y comentarios serían algo distintos. Parece que en el ambiente está la presunción de que para un padre es más difícil hacerse cargo de sus propios hijos, y a mi esto no deja de sorprenderme. Sin entrar a teorizar sobre el tema de géneros, creo que estamos igual de capacitados para el cuidado de los hijos y para realizar las tareas domésticas y lo que haga falta… Padres y madres estamos en igualdad de condiciones para dar amor y atención a los niños ¿Tú no lo ves igual?
Así que estos días que vamos a estar en plan chicos en casa los cuatro, tengo claro que ¡vamos a sobrevivir! Y es más ¡haremos todo lo posible para pasarlo estupendamente bien!
Padre no hay más que uno!!!!!
Daniel, tu pots!!!!!!
Gràcies Maria 🙂
¡Ánimo! Lo tienes perfecto para jugar al parchís y hacer trampas.
Los papis siempre guardamos un as en la manga, o el comodín de la llamada, como decía el anuncio ese… 🙂
Gracias Juan por el comentario, salut!
Padrazoooooo!!!!
Els nens amb tu s’ ho passen bomba!!
Passarà rapidíssim!! En res torno Muaaaaaa
Qué tal la marcha? Seguro q bien. Tienes todo la razón en decir que mujeres y hombres estamos igual de capacitados para cuidar de los niños. Así que ánimo y hacerlo lo mejor posible.
De momento parece que todo está bajo control y sin incidencias de ningún tipo :))
¡Gracias por el apoyo Suzanne!