Excursión al Pantano de Ulldecona con niños

Cerca del límite entre Cataluña y la Comunidad Valenciana y a las puertas del Parc Natural de Els Ports y del Parc Natural de la Tinença de Benifassà encontramos el bonito Pantano de Ulldecona. En un día nublado, anticipo del otoño que se avecinaba, visitamos el pantano con los niños. Comimos en plan campestre rodeados de avispas y observados a lo lejos por un buen puñado de buitres danzando en el cielo. ¿Olerían los ricos bocadillos de la comida unos y los otros pensarían que estábamos groguis?

El Pantano de Ulldecona casi lleno del todo
El Pantano de Ulldecona casi al límite de su capacidad

Nuestra ruta para llegar al embalse transcurrió paralela al curso del río Sénia que marca la frontera entre la provincia de Castellón y Tarragona. Nos detuvimos precisamente en el pueblo del mismo nombre, para recorrer las callejuelas de su parte antigua y asomarnos a los diferentes miradores sobre el río. Queríamos también entrar al centro de visitantes del Parc Natural de Els Ports pero desgraciadamente estaba cerrado. En La Sénia hay unas interesantes rutas paisajistas, incluso un aeródromo de la época de la Guerra Civil, pero decidimos continuar remontando el curso del río para llegar a muestra destino prefijado.

Iglesia de San Bartolomé en la Sènia
Iglesia de San Bartolomé en La Sénia
Vistas desde uno de los miradores que ofrece de La Sènia
Vistas desde uno de los miradores que ofrece de La Sénia

Dejando atrás La Sénia la carretera (CV-15 en dirección a Benifassà) se va estrechando y el paisaje de olivos y almendros típicos del levante va dando paso al bosque. El contraste es evidente entre una zona seca y plana con la frondosidad que es el anticipo de zonas naturales preservadas. Después de algunas curvas y varios «cuándo llegaremos» ya se divisa la presa. La llegada es muy emocionante en su trecho final, pasando la carretera por dos agujeros perforados en la roca. Y más espectacular es todavía el sitio donde se alza el muro de contención de las aguas, que enlaza con un puente que permite cruzar por sobre de una entrada lateral de la presa, un capricho de la naturaleza. Es en este punto donde se encuentra un establecimiento turístico (Molí l’Abad, que estaba cerrado) con unas vistas privilegiadas sobre las aguas.

Después de cruzar el puente y siguiendo el margen izquierdo del pantano seguimos una pista de tierra que nos llevaría a una especie de playa. Allí nos instalamos y desplegamos nuestro campamento base para la jornada de turismo familiar. En este punto el paisaje nos ofrece un panorama muy sugerente del Massís dels Ports, con las primeros muros de rocas y cimas elevadas casi a tocar. Un paisaje realmente precioso.

El Pantano de Ulldecona en uno de sus extremos
El Pantano de Ulldecona en uno de sus extremos
Lanzar piedras al agua, un juego infinito
Lanzar piedras al agua, un juego infinito
Probando suerte con la caña en el Pantano de Ulldecona
Probando suerte con la caña en el Pantano de Ulldecona

En nuestro equipaje había de todo preparado para un chapuzón pero el tiempo ese día no acompañaba. Ir con los niños a un pantano cuando has dicho que nos bañaríamos y que luego no puedas cumplir tu promesa puede ser la chispa de un conato de motín infantil (la meteorología y los razonamientos dan igual), así que iniciamos un Plan B para seducir al personal. Así las cosas nos dedicamos a buscar ranas, comer algunas moras, explorar los alrededores y tirar piedras al agua una y otra vez. También llevábamos unas cañas de pescar, y remojamos un rato los anzuelos probando suerte. Pero por lo visto tampoco era el día de capturar un siluro de 50 Kg.

Igualmente nos lo pasamos pipa, a nuestro aire, solamente rodeados de naturaleza y observando las espirales trazadas por los buitres en lo alto de los picos escarpados. Y también esperando con ilusión ver círculos concéntricos en el agua verdosa del pantano y el hilo de nylon en tensión, el anuncio de una captura que no llegó a suceder.

Panorama de cítricos en Alcanar, con el Delta del Ebro al fondo
Panorama de cítricos en Alcanar, con el Delta del Ebro al fondo

Las diferencias del paisaje y la vegetación se pusieron de manifiesto otra vez durante el regreso en dirección al mar Mediterráneo. El bosque espeso y las montañas antes de llegar a los campos de secano con los típicos almendros, algarrobos y olivos. Y finalmente desde las lomas de Alcanar el verde intenso de los naranjos y otros cítricos a tocar del Mediterráneo, muy cerca del poblado ibérico conocido con el nombre de la Moleta del Remei. Desde este punto elevado las vistas de la vertiente sur del Delta del Ebro valen realmente la pena.

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6 comentarios en “Excursión al Pantano de Ulldecona con niños

    1. De eso se trata, de estimular la curiosidad y salir a conocer los miles de sitios interesantes que nos rodean 🙂
      ¡Gracias Sandra por tu comentario!

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